3 obras de teatro que tuvieron su adaptación al cine (y al revés también)

8 MUJERES

Gran obra que fue película y luego yo hice mi versión con la brutal Norma Pons a la cabeza de un elenco de actrices increíbles. La amo y la amé. Este es un claro ejemplo de que los franceses creando estas alianzas entre teatro y cine son los mejores. La original es una obra teatral escrita por Robert Thomas estrenada en Paris en 1961. Ambientada en los años `50, 8 mujeres se reúnen para celebrar Navidad pero – Jingle Bells las pelotas- el dueño de la casa aparece acuchillado por la espalda. Todas y cada una de las mujeres tiene un motivo para ser la asesina. La adaptación a la pantalla grande es del 2001 dirigida por François Ozon (considerado por aquella época como el enfant terrible del cine francés) y tiene un elenco repleto de mega estrellas (Catherine Deneuve, Emmanuelle Beart, Isabelle Huppert, Fanny Ardant) y una mezcla de géneros que asombra: film noir, melodrama, comedia y hasta homenaje al musical incluido. Interesante visión sobre los vínculos femeninos.

MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS



Obra maestra de ese genio que es Pedro Almodóvar quien da vida en esta peli a diferentes mujeres abandonadas por sus parejas en el momento menos oportuno de sus vidas. Mujeres que viven rodeadas de hombres que les mienten, las engañan, las ignoran y hasta las enloquecen. El guión está mágicamente escrito repleto de escenas brillantes y me encanta esta peli por ser muy teatral. Aunque su paso por las tablas fue un fracaso. Se estreno en Broadway (sí, se animaron a una adaptación musical) y al poco tiempo bajó de cartel con un aluvión de críticas negativas y críticos enojadísimos que compararon la obra con el valium intravenoso.

ATRACCIÓN FATAL



Peliculón y clásico indiscutible. Si no la viste tenés que hacerlo HOY. Michael Douglas es un abogado felizmente casado que aprovecha un fin de semana, cuando su mujer y su hija se toman el palo de la ciudad, para hacerse el banana y pistolearse a una rubia. Hasta acá una historia cualquiera si no fuera por un detalle: esa rubia es Glenn Close (maravillosa en la piel de Alex) a la que no le gusta nada ser «la amante» y – quédense tranquilos- se los va a hacer saber, regalándole al cine una escena imborrable (RIP Conejito).

La versión teatral local llegará pronto (quién te dice con mi sello) y se barajan nombres para el papel de la Glenn local que darán que hablar.